Fuente: Lavanguardia.com // 06.03.18
A medida que nuestro coche va ganando años, las averías pasan a ser algo inevitable. Todos los vehículos acaban pasando por el taller por una causa u otra, y las facturas pueden llegar a subir a precios desorbitados según el tipo de vehículo, pero sobre todo, según la avería que vamos a reparar.
Evidentemente no todos los problemas de nuestro coche salen igual de caros. No es lo mismo cambiar una rueda que un motor entero. Es por eso que vale la pena estar al caso de qué probabilidades tenemos que falle alguno de los elementos de nuestro vehículo, para poder anticipar futuras visitas al taller.
De hecho, hay cada vez más usuarios que tendrán que tener en cuenta qué averías los espera. El dato que lo indica es que, actualmente, el 60% del parque automovilístico español está formado por coches de más de 10 años, según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
Esto es una cosa que los propietarios tienen que tener en cuenta puesto que, además de encarecer la factura del taller y aumentar sus posibilidades de sufrir averías, también son los que poseen algunos de los vehículos más contaminantes y peligrosos en caso de accidente.
Teniendo en cuenta estos datos, no es extraño que las averías el 2017 aumentaran un 18% respecto al 2016, según el Real Automóvil Club de España (RACE), con un total de 1.488.227 incidencias (de las cuales, 900.000 fueron asistencias en carretera).
La avería más común en toda España el 2017 fueron aquellas relacionadas con la batería. En total, se tuvieron que hacer 165.306 asistencias para arreglar fallos relacionados con este componente. Aun así, los problemas de batería se redujeron un 4,7% respecto al 2016. Recordamos que su sustitución puede costar unos 230 euros.
En la época de invierno también es común que se registren más fallos en las baterías por las bajas temperaturas. Con el frío se descargan y pierden capacidad de recuperación, de forma que acaba siendo imposible arrancar el coche.
La segunda avería más común son aquellas que están relacionadas con los neumáticos, ya sea por su deterioro o las temidas punzadas. El año pasado se registraron un total de 78.900 fallos relacionados con las ruedas, lo cual supone hasta un 5,6% más que 2016.
La tercera avería fueron aquellas relacionadas con los accidentes de tráfico, en cuarto lugar el motor y por último, fue el inyector diésel, también conocido como bomba.