La batería de iones de litio ha sido uno de los avances tecnológicos de mayor impacto en la sociedad actual. Tanto es así, que sus creadores (Goodenough, Whittingham y Yoshino) recibieron en 2019 el Premio Nobel de Química en reconocimiento a la importancia de estas baterías que se comercializan desde 1991.
En las últimas tres décadas, las baterías de iones de litio han ido desplazando al resto de baterías recargables en, prácticamente, todos los aparatos electrónicos portátiles: teléfonos móviles, ordenadores, electrodomésticos y herramientas. Además, estos acumuladores están impulsando la actual revolución del sector del transporte al ser componentes clave en los vehículos eléctricos e híbridos, incluyendo las motocicletas, bicicletas y patinetes.
Una producción creciente destinada al transporte
La industria de baterías de iones de litio crece cada año. Según la Unión Europea, en 2021 las baterías puestas en el mercado por la industria de la movilidad serán aproximadamente 20 veces las que se producían en 2010.
El cambio al vehículo eléctrico aumentará aún más la producción de estas baterías, ya que se estima que el 55 % de los vehículos nuevos serán eléctricos en 2030.
Existe un gran impulso legislativo por parte de los gobiernos europeos para fomentar el cambio. Un ejemplo es el reciente plan MOVES para la recuperación del sector automovilístico tras la crisis del COVID-19.
El auge de esta tecnología lleva asociada la necesidad urgente de desarrollar procesos de reutilización y reciclado que eviten la creciente acumulación de basura tecnológica. Nos tenemos que poner las pilas con el reciclado de estas baterías si queremos alcanzar de verdad el objetivo de movilidad eficiente y sostenible.
La importancia del reciclado de las baterías
El reciclado de las baterías persigue dos objetivos:
Algunos de los componentes esenciales de las baterías de iones de litio, como el cobalto, el fósforo o el grafito natural, son considerados de gran valor desde el punto de vista económico o por motivos de disponibilidad. Por tanto, estas sustancias están incluidas en la lista de materias primas críticas de la Unión Europea.
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Fuente: retema.es // 07.08.2020