Fuente: Aclima.eus // 08.06.18
La preocupación medioambiental y la necesidad de tomar medidas para combatir el cambio climático y promover y desarrollar las llamadas energías alternativas son factores que cada vez están más presentes no solo en el estrato social, sino también en el ámbito político. Como es obvio, se trata de una necesidad que ha de tener plasmación en las políticas de cada país y región. En este sentido, es muy importante y significativo que en la ordenación del nuevo gobierno español se haya querido dar un impulso a estas áreas dotándolas de una mayor entidad mediante la creación de un gran Ministerio de Medio Ambiente, Energía y Cambio Climático, el nombre que toma el nuevo ministerio también es sintomático: Ministerio de Transición Ecológica.
Hemos de tener en cuenta que con este cambio el Medio Ambiente centra la acción de un ministerio que estos últimos años había sido incluido junto a Agricultura y/o Pesca, Alimentación. Además, al verse acompañado de otras dos áreas como Energía y Cambio Climático, es evidente que la acción ambiental y los factores relacionados con las energías alternativas, la economía circular y la lucha contra el cambio climático van a ser protagonistas de los esfuerzos políticos del nuevo gobierno.
Dentro de los desafíos que afrontará este ministerio de nueva creación estarán, entre otras cuestiones, el cumplimiento de los compromisos de España adoptados con la ratificación del Acuerdo del Clima de París, las políticas de cambio climático, la transición a nuevos modelos energéticos y económicos, la adopción de medidas para lograr una economía menos dependiente del carbón, así como la política ambiental de agua, biodiversidad, meteorología y costas, entre otras competencias.
Hemos de recordar que el ejecutivo saliente deja como tarea pendiente la Ley de Cambio Climático, cuyo texto estaba prácticamente ultimado después de un año de elaboración entre los ministerios de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente; el de Energía, Turismo y Agenda Digital; y el de Economía, Industria y Competitividad.
En otros países europeos, como Francia y Reino Unido, han agrupado las competencias medioambientales junto a las energéticas, buscando una transversabilidad que ayude a cumplir con los compromisos que la Unión Europea ha adquirido dentro del Acuerdo de París. Con la creación de este novedoso ministerio, el Estado español se suma a esta tendencia que tiene como objetivo acompañar la lucha contra el cambio climático con la búsqueda del crecimiento económico y desarrollo sostenible.
Teresa Ribera, prestigio internacional para Medio Ambiente
La elección de la política encargada de liderar este nuevo gran ministerio ha concitado muchas adhesiones tanto a nivel nacional como internacional. No en vano Teresa Ribera es una política ligada desde el inicio de su carrera política a los asuntos relacionados con el medio ambiente y que cuenta con reconocimiento y prestigio fuera de nuestras fronteras.
Se trata de una voz muy respetada a nivel internacional, que incluso llegó a estar en las quinielas para dirigir la Convención de Naciones Unidas del Cambio Climático. Además, entre 2004 y 2008 fue directora general de la Oficina de Cambio Climático, para después pasar a ser responsable de la secretaría de Estado de Cambio Climático entre 2008 y 2011, en el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Desde el año 2014 es directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales, con sede en París y que es un think tank, cuyo papel fue muy relevante para la consecución del histórico Acuerdo de París, y hace unos meses fue elegida una de las doce representantes de la Comisión Mundial de Geopolítica de Transformación Energética, de la Agencia Internacional de Energías Renovables.
El nombramiento de Teresa Ribera ha tenido una buena acogida entre las organizaciones ecologistas, ya que se trata de una experta reconocida y respetada. En definitiva, una de las rémoras en el desarrollo de las energías alternativas ha sido que políticamente siempre han estado supeditadas a ministerios de Energía, en los que la influencia de las compañías energéticas tradicionales era muy alta. Teresa Ribera concita la esperanza de que ahora la principal responsable política de Energía sea una persona convencida de que la lucha por el medio ambiente no es un obstáculo para la economía, sino una oportunidad para desarrollar modelos económicos y energéticos más eficaces, generadores de empleo y riqueza a la par que respetuosos con el medio ambiente.